07 noviembre 2007

Los desayunos saludables y el helicóptero de Islem.

Una de las mejores actividades del día, son los desayunos. Es como si la familia se reuniera a comentar lo que ha pasado durante el día y donde, de vez en cuando, nos tiramos los trastos a la cabeza (en plan bien)... ¡Ris, ras! es la expresión que usamos.
En mi guardia solemos desayunar pan tostado con tomate y aceite, una costumbre que puso Antonio, un enfermero que teníamos de Sevilla y que subía a nuestra ciudad a hacer las guardias. Menos mal que afortunadamente para él, estuvo apenas dos meses, porque si no, y sobre todo por los kilómetros que hacía, aparte del bolsillo, se le hubiera pelado el trasero (o culo). Ahora sé que está por su tierra, en la Sevilla del fino y el pescaíto, trabajando en el Servicio Andaluz de Salud.
Pues eso, que la costumbre de verle cómo preparaba su desayuno a base de aceite de oliva, pan y tomate, metió el gusanillo en el cuerpo a estos bejaranos que lo único que desayunábamos eran galletas de las de cartón y de vez en cuando, bolla. ¡BOLLA ! (ojo no confundir) de esa que hacen en Montemayor del Río.

Por lo demás la guardia estuvo entretenida. Una intoxicación por monóxido (ya empezamos) en una cochera, supuso que nuestra médico, que ya ha sufrido en propias carnes este tipo de peligros y tras el aviso sonoro de nuestro detector, mandara a todo el personal fuera del recinto. Menos mal que todo se solucionó con la ventilación y un tirón de orejas para la comunidad de vecinos que tenía extractor de humos pero "estaba estropeado desde hace tiempo".

Otro aviso más y un traslado con el helicópetro medicalizado, de un paciente que requería traslado rápido, supuso el que esta guardia estuviera como dije al principio, entretenida. He de confesarles que me apasionan estos cacharros (los helicópteros) y creo que aún más a Islem (el niño de Santi y Pilar) que por casualidad estaba en Palomares y pudo verlo de muy cerca. Espero que te haya gustado.

Es como si yo hubiera vuelto a mi infancia, ¡con lo que me hubiera gustado, montar como tú!

La guardia no dió para más, ¿les parece poco?, dentro de tres días, más.

2 comentarios:

siempre el mar dijo...

jajajajjaa no te puedes imaginar lo que supuso para el príncipe montar en ese cacharro al que yo no me subiría ni aunque me pagasen incluso estando parado.
Le encantó creo que quedó patente con el abrazo que te dió suele hacerlo cuando esta feliz y con la gente que realmente le llega dentro.
Muchisimas gracias "calvo"

Javier Garrido dijo...

Fue un placer, además sentí de verdad el abrazo. Un beso para él y para vosotros.