31 mayo 2016

...el premio es ser del Atleti

Tenía una entrada pendiente al blog sobre alguien especial.
Florito (como así le llamamos) es el chaval que hace sus funciones de Técnico en uno de los Soportes Vitales Básicos de Béjar, y que de vez en cuando anda detrás de mí para que ponga en marcha de forma más continua este blog. Eres un poco cansino... Pero también es cierto que te debo un artículo. 
La pasada guardia hizo una sustitución en la UME conmigo de conductor. Él que es muy del Atlético de Madrid y aficionado a los toros (parecido a Sabina), sonríe fielmente cuando le digo que, cuando estuvo malito hace unos meses, no le terminaron de "arreglar". Le dejaron "pelín" separadas las orejas y por eso no "pilla". Se ríe de mí por el escaso pelo que me queda y me dice que le enseñó al médico una foto mía (para parecerse a mí) y que lo descartaron de raíz. Aún así esboza esa sonrisa mucho más pícara que enojada. Es un buen tío.
Cuando nos íbamos a descansar la noche de guardia y se "calzaba" el pijama del Atleti supe que su pasión por el fútbol y por el equipo de Simeone, iba mucho más allá de ser un simple forofo. Es su vida.
Yo, que me da igual un equipo de fútbol que otro, aunque muchos no lo crean, me alegré de saber que Florito es fiel. 
Al día siguiente a la guardia se celebraba la final de la Copa de Europa y me dijo mientras descansábamos: 
"Mira Javi: el premio no es ganar o no ganar la Copa de Europa, el premio es ser del Atleti".
Todavía me ronda esa frase en la cabeza....

25 mayo 2016

El cambio de acera

Hoy estreno chaleco. Una donación que va a suponer bajar esos 4 o 5 kilos que todavía me hace falta perder. 
Y eso que llevo un montón, pero cuando salimos por la noche y llevo el polar puesto, parece que la sisa "me tira" un poco. Así que otro mes a manzanas por la noche y ya veremos por dónde sale todo esto. Aún así estoy contento, la jodida artritis que me estaba matando, me deja vivir.
Llegar al pueblo es como hacer los Sanfermines. Muchas veces nos esperan, otras no. Si hay alguien y está comprometido con el asunto, hace como que lleva el periódico enrollado y en un momento se hace la carrera del siglo hasta que te conduce directamente a la casa del paciente. 
Después de tantos años sigo pensando que a veces es como correr por calle estafeta delante del morlaco. Aunque en este caso el propio vaya de amarillo chillón (cosas de Europa y de la uniformidad ambulanciera). Pero hoy no había apenas nadie en la calle. Sólo dos señoras, una joven y un abuelo con muletas que, cuando nos vieron, empezaron a hablar entre ellos para ver quien se había puesto malo en la localidad. Estaban a la solana, esperando que pasase algo para tener de qué hablar. Ellas, con la revista en la mano seguramente leyendo sobre el famoso que había vuelto a divorciarse, Y el abuelo apoyado sobre la pared con la cabeza gacha para que el sol no le diera de frente en la cara. Mi abuela siempre dijo que el sol de primavera es malo. 
Los perdí de vista cuando la curva se cerró demasiado al llegar a la casa de la paciente.
Mientras entrábamos al domicilio supuse que ya había de qué hablar. Es lo que tienen los pueblos cuando no pasa nada.
Cuando salí a por la camilla para trasladar a la paciente, los cuatro se habían cambiado de acera y divisaban en todo su esplendor la escena. Me reí. Las imaginé en el rato que estuvimos atendiendo en el domicilio, coger la silla y cruzar la calle para tener el mejor sitio de la película. El abuelo tardó un poco más. Seguramente por su edad y la artrosis que padecía.
Si es que cuando llega una ambulancia a los pueblos....