Hacía tiempo que no pasábamos una guardia tan mala. Y eso que hasta la media tarde, la cosa iba como en las anteriores, muchas horas ociosas y alguna urgencia como decimos por aquí "de convencional".
Pero desde la media tarde la cosa cambió. Salimos a Candelario donde una familia reclamaba ayuda urgente. El aviso venía de la Teleasistencia de Cruz Roja y nos auguraban malas noticias ya desde el principio. Cuando llegamos, el poco hilo que quedaba se tornó en nada a los pocos minutos. Parece que soy agorero, pero los comentarios de mis anteriores días, parecen que me siguen dando la razón. Yo quiero morir así, sentado en el sofá de casa sin dar ningún ruido.
Y nos quedamos con la sensación de haber hecho lo que sabíamos y que como se dice por aquí. ¡Cuando no es, es porque no tenía que ser!.
Y llegado casi la hora de la cena, aún con el resuello latente del pueblo corito, nos alertan de un paciente que no responde en nuestra ciudad. Llegamos y... bueno, no me gusta hablar de estas cosas, sólo que la desesperación de los mayores, o quizá la falta de compañía, o a lo mejor una vida demasiado dura vivida, o puede ser que... le ha llevado a tomar una decisión dura, demasiado dura para los hijos, y para nosotros. Hacía mucho tiempo....
Y como no hay dos avisos sin tres, pues que a eso de las cuatro de la mañana, ¿o serían las tres por la hora nueva?, bueno no sé, sólo que era muy pronto para que saliera el Sol, nos alertan de una pelea en la calle de la Libertad (que incongruencia) donde al parecer ha habido una agresión por arma blanca.
Al salir, llegaba al Hospital la Policía Nacional con la persona agredida. La verdad es que a veces me alegro. No me gustan este tipo de avisos, sobre todo cuando hay alcohol por medio y en un entorno de noche avanzada y discusión por tonterías.
Fué atendido en el Hospital de Béjar con posterior traslado a Salamanca para valoración. Ojalá todo haya quedado en un susto, y más cuando hay relación de amistad con la familia.
Os lo deseo de corazón.
