Agresiones

Y volvemos a las de siempre. Las agresiones a las que estamos acostumbrados en el ámbito Hospitalario, se están trasladando a la Emergencia en la calle. Hace unos días fue un compañero del servicio de Emergencias de Miranda, el que se las tuvo que ver con un gilipollas cuando fue a atenderle en un bar de la localidad. http://www.semescyl.org/node/5534 No son casos aislados, son el fruto de una sociedad que se está volviendo histérica ante la falta de sentido común hacia el personal que desarrollamos nuestro trabajo en la calle (personal sanitario, bomberos, policías...) sin tener en cuenta que lo hacemos en defensa de sus intereses.

Y no es aislado. Hace unos meses hubo también una sentencia que condenaba a una persona por otra agresión a un Técnico de Emergencias. Y la Junta debería poner las medidas para que esto no suceda, o si sucede, que el trabajador se encuentre amparado por los servicios jurídicos de la Junta de Castilla y León, que para eso llevamos un escudo que así está impreso su logotipo. No vale escudarse en que somos trabajadores de una empresa privada, no vale decir que sea el propio trabajador el que se defienda jurídicamente. Debe ser la Institución la que, teniendo la suficiente sensibilidad, haga la cobertura para que el propio trabajador se sienta protegido.

Pero eso ya es harina de otro costal, o como dicen el mi pueblo, aceite de segunda prensa.

Es lo que hay.....

¿Pacoooooooo?

Dimos el cambio al equipo saliente. Habían tenido poco trabajo, aunque dicen que el teléfono sonó:

Ring, ring, riiiing (música de El Exorcista). ¡Anda que también vaya melodía que tenemos!

- ¿UME Béjar?

- ¿Paco?

- ¿UME Béjar?

- Pacoooooo

- ¿Diga?, ¿UME Béjar?

- Pacoooo que soy yoooooooo

- Me parece que se ha equivocado.

- Pacoooooo, ah lo siento. bipbipbipbipbip.

Es como la vida misma. El tal Paco tenía voz cazallera y ganas de arrear las vacas como alma que lleva el diablo, o al menos eso comentó el médico que nos dio el cambio.

Dicen que tenemos la melodía clavada en el alma. El otro día paseaba por Salamanca, y fíjate que es raro que alguien tenga esa melodía como señal de llamada en su móvil. ¡Pues la tenía!. Salté como si el tren TRD Salamanca-Madrid estuviera pisándome las perneras del pantalón.

Es el subconsciente que nos maltrata, hace que pensemos que estemos en otro sitio.

Es como el Paco...y Abelardo, el médico del cambio se reía y no paraba.

¿Paco?, ¿Paco?

Que 20 años no es nada....

Parece que fué ayer cuando aún con el pelo tipo Camarón y media vida por delante, me aferraba a una ambulancia, esa que había sido el sueño de cualquier pequeño. Hoy hace que empecé 20 años....

Y eso que no era muy allá. Una camilla sin ruedas, un porta-sueros y una bala de oxígeno medicinal que nunca había visto con un manómetro para medir la cantidad de O2 que se le ponía al paciente. Todo lo más, unas luces encima del vehículo y una sirena "de las de la feria" que se activaban desde el interior en un botón único que me hacía ser - o nos hacía ser - los dueños de la carretera y el asfalto. Todavía recuerdo mi primer viaje...

Aún resuenan en mis oídos los primeros acordes de aquel motor del Renault 18 de color gris matrícula SA-4805-H, que fué el primero en pasar por mis manos. Eran coches duros como las piedras, con un brío de atar y más kilómetros que el baúl de la "Piquer". No hacía falta GPS, ni ABS, ni ESP, ni nada que se le parezca, simplemente era lo que había. Por no tener, como os dije al principio, no tenía ni ruedas la camilla. Cuando llegabas al Hospital tenías que llamar al celador de turno y que sacara el carro para poder encajar encima nuestra camillas.. simplemente era lo que había... Ni siquiera teníamos aire acondicionado, era lo que realmente había....

Por eso cuando uno echa la vista atrás y hace encajar los hilos de una profesión como esta, piensa siempre que muchas cosas se han conseguido. Más días de descanso, nuevos vehículos y mejor acondicionados, nuevas condiciones laborales.... Y siempre digo lo mismo. No es rememorar el pasado, simplemente recapacitar de dónde venimos, para saber donde estamos y dónde queremos llegar. El ímpetu y las ganas de comerse el mundo de los compañeros nuevos, contrasta cada vez más con la paciencia y la serenidad de los que llevamos todos los años del mundo en esta profesión que encarna el poder de dominar la carretera.

Para todos los que llevamos muchos años en esto, felicidades para todos y para los que acabáis de empezar o lleváis poco tiempo, muuuucha paciencia.

No vais a heredar la empresa... de eso estar seguros

Quiqueeeeeeee que han pintadoooooo

Ahora resulta que va Quique y me dice que ya no vuelve a visitar mi sitio de este blog y que me den por el culo porque no quiere saber nada de mí.

Y la verdad es que no le falta razón, más aún cuando hace semanas que no me prodigo por aquí para seguir publicando en Técnicos112. No ha sido el único/a que me ha/han tirado de las orejas por no seguir con algo que empecé hace más de dos años y que resulta cada vez más difícil continuar.

De verdad que no es por falta de tiempo, ni siquiera por cosas que comentar, que las hay y muchas, sino simplemente la desidia de alguien que tiene la cabeza en "otra cosa".....

Pero como me has tocado la fibra y no quiero que tu "gilipollez" gane a mi "modorrez", he de decirte que seguiré escribiendo este pequeño rincón, que me disculpes, y que procuraré ser constante en los artículos. Y a Juanma que también, que ya te has salido con la tuya y a Miguel Ángel también, que anda por aquí diciéndome que le gusta verme delante de la pantalla y a Miguel....

Y fíjate que el día ha sido movidito ya desde por la mañana. Llegaron unos señores muy sucios a la base diciendo que eran los "pintores", que venían a pintar la base y que les enseñáramos el "espacio". Nos quedamos un poco estupefactos, puesto que no nos habían comunicado nada y como la verdad es que hacía falta una manita de pintura, pues eso que les invitamos a pasar y además que si querían desayunar les invitábamos también a churros. Tras la declinación por su parte, que ya venían desayunados, ni cortos ni perezosos se pusieron manos a la obra con una agilidad que más quisieran muchos a la hora de trabajar....

Y 6 horas más tarde han pintado toda la base, corrido los muebles, forrado las paredes, igualado el color existente, desforrado las paredes y colocados los muebles en su sitio, como si aquí no hubiera pasado nada. Salvo eso sí, un olor que desprende la base que ya veremos donde pasamos la noche si al raso del cielo, en la calle, o reservamos en el Hotel Colón de aquí al lado y pasamos factura...

Veremos.

¡Ah! saludos a Mayte Asunción. Lo siento, de verdad, seguiré escribiendo pero no te atreves a hacer comentarios ¿eh?.