19 diciembre 2011

Dani

La pasada guardia estuvimos en Barco de Ávila. Hacía tiempo que no sabía nada de Dani, uno de los conductores del soporte que ha pasado un calvario con una jodida enfermedad que le ha hecho pasar una temporada en el dique seco, es decir de baja laboral. Le ví con un aspecto muy bueno y sobre todo con el ánimo que siempre ha tenido, un torrente de vitalidad. Y me dijo que de momento todo había pasado que le queda una cicatriz de 50 centímetros que le cruza toda la tripa y que el camino ha sido largo y duro, pero ya pasó. A la vuelta para Béjar fuí pensando en las cosas que me dijo. Cosas coherentes: ilusión, ganas de trabajar, sueños de futuro, raíces nuevas... una vida nueva después de haber pasado por lo peor... Gracias por todo Dani, gracias por seguir, gracias por mirar por los demás. Y es que muchas veces no nos paramos a pensar que la vida está hecha de momentos, de historias cortas que nos va cambiando la perspectiva, de ilusión por aquello que deseas conseguir. Mi deseo de este nuevo año para tí ya lo sabes, no te lo dije pero seguramente lo adivines...
El frío es intenso, los días están siendo poco amables...
Ayer al llegar a Guijuelo le dije a Tito que el paciente tenía mala vela. Y la verdad es que después de tantos años, algo seguramente hayamos aprendido.
Al menos a saber si las personas están malitas o no...