La comida en dos veces

La guardia de ayer estuvo marcada por la noche mala, no por el trabajo sino porque sigo con el catarro que pillé hace unos días. Después de un aviso a la una de la madrugada, me fui a descansar y cuando empecé a dar vueltas como una lavadora, supe que la cosa iba a estar chunga, porque cuando estoy taponado de la nariz no respiro bien y seguro que algún ronquido suelto. Pasé mala noche y pude quedarme un rato dormido a eso de las cinco de la mañana, mientras mi compañero de hoy dormía plácidamente.

Ayer estuve con Luisma, porque Juanma había pedido día de libre disposición aunque de vez en cuando viene bien, para así poder adaptarte a la forma de trabajar de cada uno. Cuando tienes un compañero estable (de trabajo no de relación) nos acomodamos a su forma de trabajar y ya sabes las reacciones y lo que va a hacer antes de tiempo. Es como dice Juanma "pero si estoy más contigo que con mi mujer" pues eso, que nos conocemos de sobra y sabemos de qué pie cojeamos cada uno.

El día se pasó mejor, aunque un aviso en mitad de la comida supuso que alguno se quedara a medias (y eso sí que es malo) y tuviera que dejar el segundo plato para más tarde. Solemos comer juntos los cuatro, sobre las dos de la tarde y cuando oí el teléfono se lo juro que lo que me quedaba en el plato desapareció en dos segundos, mientras el Médico cogía el aviso. Cuando sales a una Emergencia no sabes el tiempo que vas a tardar en volver y entonces aprovechamos a "engullir" mientras se toma el aviso, aunque el que se queda sin comer es el que tiene el "poder" en las manos, el médico, ¿eh, Miguel?. Afortunadamente se tardó poco y se pudo regresar a la base para seguir con la comida.

No hubo más avisos y la tarde se aprovechó para pasear un poco por la zona del Hospital aunque el frío que tenemos estos días en Béjar hace que tengamos que regresar en cuanto no hay sol a la base.

El invierno dicen que será frío y de nieve...ya veremos.