Después de varios días sin poder escribir, les comento que han pasado pocas cosas, fundamentalmente las relacionadas con nuestro futuro profesional, laboral y económico y que están derivando en lo de siempre...dimes, diretes y demás tonterías que lo único que hacen es enturbiar el asunto. Habrá que ver cómo pasa el tiempo y la Asamblea de trabajadores prevista para el próximo día 7 de febrero en Salamanca, donde se decidirá si en Salamanca aceptamos o no el convenio colectivo que quieren firmar los sindicatos.
Por mi parte, se ha negociado regular tirando a mal y nos hemos dejado llevar por el entusiasmo de una contrapropuesta que en nada beneficia a los trabajadores del servicio de Emergencia, sobre todo cuando se había conseguido en las dos primeras manifestaciones una unión que jamás había existido entre nuestro colectivo. El tiempo dirá si nos equivocamos o no y veremos cómo se presenta el futuro en una profesión que se empezará a regular próximamente. Pero también muestro mi malestar porque hay muchos otros aspectos que habría que incluir dentro del convenio colectivo y que son tanto o más importantes que el del aspecto económico... y me refiero a la formación contínua de trabajadores en un sector donde la preparación es fundamental para un trabajo serio y profesional. Ahí es donde más habría que incidir y dejarnos de pamplinas que si tenemos más o menos días de libre disposición o que si sube un punto más nestro salario.
Después de hacer la revisión al vehículo a la llegada a la guardia y a eso de las 10 y media de la noche, sonó el teléfono para desplazarnos a una localidad de la comarca de Guijuelo, donde avisados por el servicio de atención primaria, se nos requería para evaluar la situación de un paciente que finalmente fué trasladado a Salamanca, donde acabamos a eso de las 12 de la noche. En el Hospital Clínico caras conocidas de personal médico que trabajó en este servicio de Emergencias y que tras una breve charla nos depedimos para regresar después de 70 kilómetros a nuestra base. Por lo demás la noche se pasó bien, exceptuando los ronquidos de Juanma.
Algún día te meto algodón en la boca, o no... yo también lo hago y algunas veces no has podido dormir tú.
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