La verdad es que lo tenemos bien organizado. El lunes, limpieza a fondo de la ambulancia, los martes hacer la compra en el supermercado, los miércoles limpieza de electrodomésticos, los jueves echar la primitiva (que nunca toca) y los viernes todo aquello que no se haya hecho durante la semana. He de reconocer que ver a cuatro personas vestidas de rojo en un supermercado resulta cuando menos un poco curioso, pero la gente debe saber que necesitamos alimentarnos durante la guardia y es por ello que recabamos cada martes lo que nos hace falta; leche, pan, galletas, agua...son las preferencias del personal (que sanos somos...) y a veces alguna chuchería que otra.
A partir de ahí, la guardia se pasó entre lecturas, conversación y algún que otro paseo para estirar las piernas. Ya en el cambio de guardia, las novedades (pocas) y la entrega de llaves y móvil pusieron fin a un día que tuve que cambiar por "motivos personales".
Hasta el sábado no habrá entradas en este blog (o sí) y veremos que es lo que nos depara la siguiente guardia.
¡Ah! la muela me la revisó el dentista. Todo bien, aunque habrá que reconstruir como los efectos colaterales de un bombardeo, pero eso será en Marzo. Hasta entonces, no tengo días libres.
Snif, snif....se lo juro que me da mucho mieditooooooo... y no sólo por el dinero.
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