Hay veces que los avisos nos hacen pensar sobre el tan temido tema de la muerte.
O por lo menos me hace pensar que siempre he deseado que cuando llegue, sea tan corta como alguna de las que vemos casi a diario. Sin dar ruido, sin haber sufrido calamidades.
Y viene a cuento porque se vuelve a plantear el tan espinoso tema de la eutanasia en casos de enfermos terminales, en muchos medios de comunicación.
¿Derecho a la vida? ¿Derecho a morir dignamente? ¿Dónde está la línea que lo separa?. ¿Tenemos derecho a decidir sobre nuestra propia vida?. Creo que sí.
Y cada vez estoy más convencido. El derecho a una muerte digna debe prevalecer sobre cualquier tipo de sufrimiento terminal. Sobre todo porque la muerte digna debe ser sobre todo eso, digna.
Cada día vemos más casos en los que se altera el ritmo biológico de las personas manteniéndolas en un estado casi inhumano, simplemente por el hecho de "no atentar" contra las reglas morales que muchas veces nos son impuestas, por no se sabe muy bien qué o quienes, y así poder alargar unos cuantos dias, semanas, meses, un final cierto y esperado.
Y cuando alguien se muere, como dije en anteriores post, "en hora cortita" y sin dar un ruido, habiendo cumplido con todo aquello por lo que viene uno a hacer a este mundo, siento la envidia de que cuando a mí me llegue esa hora (que sea muy tarde), venga así, por derecho y de frente, para que al menos no ande por este mundo dando guerra a nada ni a nadie.
Así sea.
El post de hoy fue un poco así...pero era lo que me salía.
1 comentario:
a mi también me apetece pensar así, que nos venga tarde, pero cuando venga que sea rapidito.
Derecho a morir y sobre todo a vivir tus últimos momentos dignamente y sufrimientos los mínimos por favor, que narices.
oye, que trascendentales!
muchos besitos.
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