Creo que les he comentado alguna vez que los avisos que menos me gustan son los de niños, debido a la carga emocional que ello me supone.
Ayer corrimos más de lo normal, el acelerador parecía no dar más de sí, y la luna se mantenía espectadora de la tragedia. A las cinco de la madrugada camino de aquel pueblo, la tensión era grande y las noticias nada halagüeñas. No se oía nada más que el sonido del motor y como fondo la habitual emisora de radio. Llegamos tras bastantes kilómetros de mala carretera y lo que nos encontramos era malo...una situación complicada.
La atención siempre buena de Chus, llamándole cariño y guapo, puso un punto de tranquilidad. Luego,camino de la capital con la furgoneta azul a todo gas, supe que la cosa iba mal.
No suelo preguntar para no arriesgar más allá del límite permitido, pero a través del espejo retrovisor os ví a los tres con mala cara.
Mala inauguración tuvimos de la nueva autovía a las seis de la mañana, ya me hubiera gustado disfrutarla más, pero la prisa era grande y las ganas por llegar aún más. Llegó al Hospital mejor de lo que salió del domicilio, aunque Avelino me dijo que llegó a pasar miedo, Juanma también, quizás porque pensaba en Manuel (su hijo) y yo, cuando llegué al Hospital he de reconocer que necesitaba un cigarrillo.... o quizás dos.
El frío era grande a la orilla del Tormes...
4 comentarios:
Como yo también os he hecho pasar malas noches, os mando un beso a todos.
Gracias Alba. Eres una luchadora nata. Otro beso para tí.
Te entiendo perfectamente eres una de esas personas que no pueden evitar sentir... y para las que es imposible permanecer frío ante situaciones como estas que nos cuentas a menudo.
besitos
Espero no haberte pegado nada, y de hacerlo que sea el martes, ultima guardia..... y sin presentimientos,"espero" y despues vacaciones.....!que ganas!,
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