Empezó el día en Vallejera de Riofrío, donde nos esperaba una "partidita" de paint-ball y además cervecita, hornazo y empanada de la que dimos cuenta, antes de lo previsto. Las bolas silbaban por encima de las piedras y los neumáticos, buscando las cabronas de ellas alguna calva reluciente donde poder aterrizar. Sé que soy un blanco perfecto por la falta de pelo, pero vísteis que sé escurrirme por el suelo, agazapado como los indios cabreaos. A más de uno le puse el cuerpo fino, ¿eh, Juanma?, y más de uno también me dejó la marca en un cuerpo donde, a pesar de los años, se sigue manteniendo en perfecta forma física. Jajajajajajaja.
Tras la pelea, la buena comida del Mesón Vallejera, donde José Armando, nos deleitó con las habituales carnes a la brasa y las raciones que supieron a gloria bendita. A partir de ahí, me acuerdo de algo, aunque los había que no sé yo... La fiesta fué perfecta. Buena compañía, buena comida, buen ambiente, buena mari...... en fin que ya tienes medio pie en la vicaría y que te deseo lo mejor. Ahora esperar a fin de mes para volverlo a pasar como ayer. Felicidades.
Y tras la tempestad, llega la calma, y el cambio de guardia como siempre, aunque el teléfono sonó entrada la noche para acudir a un pueblo de la comarca. Afortunadamente el traslado fué pequeño y quedamos libres en el Hospital de Béjar, casi llegando las dos de la madrugada. La noche mala, muy mala, no sé si fué el estress del paint-ball, las preocupaciones laborales, las.... en fin, que descansamos poco y mal. Aunque no tengo el problema de Juanma de los últimos días. El pobre anda con un lumbago que le tiene partido a la mitad y encima el colchón no es para andar tirando cohetes...
Dos avisos más, con el posterior traslado a la capital Salmantina, donde nos esperaba un sol radiante, puso el colofón a una jornada donde el compañerismo fué la nota dominante.
Gracias a todos y....seguro que volvemos otro día al paint-ball...ya veremos.
1 comentario:
¡¡¡¡¡¡¡¡¡GUAPOOOOOOOOOOOOOO!!!!!!!!!!!!!
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