Lo que cuesta acostumbrar al cuerpo a la rutina. El cambio de hábitos, la falta de la familia, el colchón pikolín... todo se hace de nuevo cuando regresas al trabajo después de un par de semanas estirando la pata, bebiendo más cerveza de la habitual (te dije que no pusiéramos el grifo en la finca), y disfrutando del Blues de Miguel, el calderillo bejarano o el concierto de Fito.
La vuelta a la "rosca" ha sido la de siempre, las mismas caras, los mismos problemas, el "joer" que moreno estás, habrás estado en la playa. Como si todos tuviéramos el dinerillo suficiente para lllevar cuatro personas a tomar el sol a la costa durante quince días.
Me costó acostumbrarme al colchón ese pikolín del que os hablo, aunque el sonido del teléfono pasada la media noche me devolvió de un salto a ese estado de adrenalina que echaba de menos durante los días ociosos. Camino de Barco de Avila o Barco del Tormes como quieren algunos que se les llame, pendiente de las vacas habituales de esa carretera durante la noche, llegamos cruzando el Tormes al pueblo de las judías (de las de comer). La vuelta más relajada y con el personal adormilado nos devolvió a la ciudad, no sin antes bajarnos a "auxiliar" a una Gineta que algún coche no habría visto dándole el R.I.P. que mi compañero y amigo Juanma se ocupó de oficiar.
La vuelta a la "rosca" ha sido la de siempre, las mismas caras, los mismos problemas, el "joer" que moreno estás, habrás estado en la playa. Como si todos tuviéramos el dinerillo suficiente para lllevar cuatro personas a tomar el sol a la costa durante quince días.
Me costó acostumbrarme al colchón ese pikolín del que os hablo, aunque el sonido del teléfono pasada la media noche me devolvió de un salto a ese estado de adrenalina que echaba de menos durante los días ociosos. Camino de Barco de Avila o Barco del Tormes como quieren algunos que se les llame, pendiente de las vacas habituales de esa carretera durante la noche, llegamos cruzando el Tormes al pueblo de las judías (de las de comer). La vuelta más relajada y con el personal adormilado nos devolvió a la ciudad, no sin antes bajarnos a "auxiliar" a una Gineta que algún coche no habría visto dándole el R.I.P. que mi compañero y amigo Juanma se ocupó de oficiar.
El día ha transcurrido por lo demás tranquilo, otro aviso más al pueblo judiero y la visita a una familia que necesitaba nuestros servicios.
Ya casi saliendo de guardia, Mariano "corito" nos ha regalado unos pasteles por su cumpleaños y son SOLO 26 (qué envidia). Que cumplas muchos más compañero te dije que saldrías en la foto. Para muestra las instantáneas de la celebración. De izquierda a derecha, "Jota", "Corito", "El calvo", "Pinchete", Cristina "la Enfermera", Ruth "la Médico", "Rubeni" y Sergio.
Los pasteles buenísimos (otros 100 gramos más), de beber... leche y agua, por si acaso.
2 comentarios:
Esto es lo único malo que tienen las vacaciones, que se acaban, jajaja.
Feliz regreso. Ya queda menos para las siguientes.
Un beso.
hola javi.por fin pudimos localizar la página.las fotos de juama son las más suaves,eso no vale.felicidades por la página.a y felicidades a ese chaval tan majo del cumpleaños.nos vemos en la guardia.adiooooooooossssssssssss.
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