No sé si será moda o quizá una costumbre un poco inusual el que me ponga calcetines de enfermera; de esos que tienen múltiples colorines y diseños estrambóticos. Aunque no es menos cierto que también desde hace muchos años los suelo llevar como caen al paso en el cajón, es decir que nunca hago un par igual por lo que los diseños no son iguales para cada pie y los colores no siempre acertados.
Pero soy así, que le vamos a hacer. Hace ya muchos años que vengo haciendo lo mismo y ya me conocen, auque he de reconocer no cierta extrañeza en la gente cuando arquean la ceja ante, a veces, semejante atentado contra lo decoroso. Y esta mañana Pepi (que me sigue leyendo pese a mi poca mano en la literatura), me dijo: "qué calcetines más bonitos".
Y yo sin el más mínimo pudor, me subí los pantalones para que los observara atentamente, no sin antes ver la cara de extrañeza de algún viandante que en ese momento pasaba por allí.
Pues eso, que como lo vengo haciendo durante muchos años, espero que no se me quite la costumbre y pueda seguir contando que LLEVO CALCETINES DE ENFERMERA.
La guardia está siendo tranquila. Únicamente una señora que se cayó el un paso de cebra y se hizo una cruz en la frente hizo que nos desempolváramos de una mañana un tanto aburrida y tediosa. A la señora se le cosió la frente y seguramente esté ya en su casa descansando.
Veremos como se da la tarde-noche, porque desde el cambio de hora, las tardes se apagan cada día antes.
1 comentario:
valla calcetines que te gastas.
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