Ayer vimos asustados por televisión el desplome en el campo del futbolista de la Unión Deportiva Salamanca, Miguel García.
Y mucho se ha dicho sobre las lesiones de tipo genético-cardiacas de los deportistas de alta competición, aunque no voy a entrar en ese asunto. En lo que sí voy a protestar, es en la falta de sentido común de los dirigentes de los equipos en cuanto a la cobertura sanitaria de las competiciones deportivas y más en concreto de los partidos de fútbol. Aunque como decía Ramón esta mañana, hay muchos más eventos en los cuales ni siquiera hay un socorrista y se está "a pelo descubierto" (léase maratones, campo a través, fútbol sala...).
Mucho se preocupan los equipos de fútbol en contratar los mejores jugadores a un precio desorbitado, y no son capaces de disponer, al menos en los partidos oficiales, de un equipo de Emergencias y un vehículo realmente acondicionado para actuar ante cualquier evento como el que vimos ayer en el campo del Salamanca.
Y digo esto, porque conocemos el panorama desolador que muchas veces nos encontramos, siempre como espectadores, en una actuación, partido, evento, fiesta... en la cual la afluencia de espectadores en tan grande que haría temblar al sistema de Emergencia más dotado y preparado. Y si no, archivos hay en la hemeroteca para indagar sobre los resultados de una gran catástrofe o, como en este caso, una ¿parada cardíaca? de un deportista de alta competición cuando la falta de medios no es la adecuada para solventarlo.
La actuación de los equipos de Emergencia ayer en el Helmántico, supuso el que un deportista pudiera volver a ver a su familia, pero no hemos de olvidar que en muchos otros campos de fúltbol, de baloncesto, de atletismo.... no se dispone ni del más mínimo material para hacer una cura de urgencia, así que imaginaros para atender un infarto...
Es por ello que la Administración debería tomar cartas en el asunto, y así como en el mundo del toro, se exigen una serie de medidas reglamentarias (que muchas veces no se cumplen), se debería hacer lo mismo para salvaguardar, al menos una atención correcta de los deportistas, sean de élite o no, en las competiciones deportivas.
Aunque los balones no den cornadas...
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