Llegué a la guardia después de unos días de descanso debido a la operación. Todo sigue igual, las mismas listas, los cuadrantes de guardia en su sitio...
Y lo había comentado desde la mañana. ¡Verás como el primer día nos comemos un marrón!. Dicho y hecho.
Casi a media mañana sonaba el teléfono para acudir a una localidad, desde la que nos solicitaban ayuda para una paciente. A nuestra llegada, las prisas, los llamamientos... eran agustiosos. Seguramente unos minutos antes y tampoco hubiéramos hecho nada, pero siempre te queda la sensación de que si la hubieran visto antes... y si el camino hasta allí fuera más corto... seguramente no estábamos hablando de ello.
¡Qué cosas tiene la mente humana!, a veces no vemos salidas donde las hay y perdemos la esperanza ante las adversidades. Y muchas veces pienso que deberíamos ser irracionales como los animales, aunque....¿no lo somos ya un poco?.
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