16 junio 2010

"Caballos" nuevos

Dicen las malas lenguas que nos van a cambiar de ambulancia a otra con más "caballos" para que tire con más fuerza.
Yo, que ya llevo muchos años en esto, que como dice mi amigo peroles en Salamanca "tenemos los calzoncillos ya muy pelaos", digo que me da igual, que me quedo con la que tengo que por lo menos la conozco y que ya me sé los trucos para cuando algo falla.

Aunque también he de reconocer que un vehículo nuevo siempre es bueno, no porque el que tenemos esté muy usado ni viejo, ni tenga problemas, sino porque así nos aseguramos (es un decir) el que no nos deje tirados por alguna avería.


Todavía recuerdo las ambulancias que había en la década de los noventa, y muchos de los que ahora andan por la treintena, se quedan estupefactos cuando les cuentas que las camillas no tenía ruedas o que para arrancar debías dejarlas cuesta abajo para echar a andar.


O también cuando los viajes a Madrid o a la capital se volvían eternos con los sueros que no caían, mientras el paciente iba dando con la punta de la nariz en el techo del vehículo.


Fueron años complicados por la falta de medios, pero muy interesantes. Era lo que había.
Donde se aprendió tanto de la calle, que ahora se echa en falta muchas veces aquel recuerdo del compañero que siempre estaba para poder solucionarte los problemas. Ahora todo es distinto, los rencores, las envidias, el que parece que se comen el mundo... y muchas veces la falta de memoria por los "cables"echados nos nubla la vista y nos hunde en el fango de lodazal.


Allá ellos....

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