17 febrero 2009

El frenazo

Son las 23:38 y me parto de sueño. Pero cuando he encendido el ordenador para rellenar estas líneas del blog, me he quedado como un tonto mirando la pantalla en blanco del Word y habré estado como 10 minutos esperando, o más bien diría pensando qué escribir.
Y es que la llegada de la primavera, parece que calienta las neuronas con el poquito Sol del que hemos disfrutado esta mañana, hasta que la llamada desde un domicilio nos puso las pilas. Siempre he dicho que me preocupan casi más las enfermedades mentales que las físicas, puesto que para éstas últimas, casi siempre hay medicamentos o técnicas para superar. Pero las mentales, son muy difíciles de explicar.
Y me pregunto qué pasará por la cabeza de aquellas personas que sufren de este tipo de dolencias, sobre todo cuando se hace daño a los seres más queridos, la propia familia. Y es que cuando miras a los padres, ya con la impotencia de no poder aguantar un segundo más, es cuando me doy cuenta que algo falla en nuestra mal llamada “sociedad del bienestar”. Me parece haber comentado en anteriores artículos, que las Instituciones deberían velar por la salud de éstos enfermos, puesto que desde hace demasiado tiempo existe un vacío del que nadie quiere-queremos saber nada, únicamente la callada por respuesta. Es por ello, que cuando tengo algún aviso de este tipo, me paro a pensar que hay mucha gente que lo pasa mal con los pacientes con enfermedades mentales, especialmente los padres que ven cómo se trunca una vida que empezó con todas las ilusiones del mundo.
Dios nos libre……
Creo que me voy a la cama a descansar, veremos cómo se presenta la noche……
23:58 h, Llega Luisma del paseo y me recuerda que si voy a poner en el blog el que hemos vuelto a nacer hoy. Y es cierto, ya no lo recordaba.
Camino de Salamanca esta tarde, nos dimos un buen susto en uno de los tramos nuevos de la autovía. Nos pasaron a un solo carril en escasos cien metros por unas obras poco señalizadas y casi nos “tragamos” un vehículo que nos precedía y la caravana de un Francés que pasó de 80Km/h a 30Km/h sin advertir nuestra presencia.
Todo quedó en un susto sin incidentes, aunque a alguno se le apretó el culo….

1 comentario:

dhb dijo...

Estoy completamente de acuerdo con tu comentario. Y lo peor de todo es que de la cordura a la llamada locura únicamente hay una finita línea muy frágil para ser traspasada.
Creo que un alivio para los familiares es darles muchos ánimos y para el enfermo mucha comprensión.

Un abrazo y animo con esta faena vuestra impagable con dinero.