09 abril 2016

Bodas de Plata. 25 no son nada.

Creo recordar que era un día de diario de febrero del 91 cuando dejaron en mis manos una ambulancia recién cumplidos los veintiuno.  Era mi primer trabajo después de  hacer el servicio militar y no conocía el funcionamiento de lo que era entonces el traslado de enfermos a los servicios de tratamiento, consulta y urgencias.
Todavía me acuerdo que el Renault 18 de color gris de techo bajo con matrícula SA4805H fue el que conduje por primera vez. Sólo tenía dos luces amarillas  y una sirena como aquellas que siempre había oído en esta ciudad cuando los trabajadores cambiaban los turnos en las fábricas textiles. Todo me parecía bonito. Lo que siempre había querido.
Entonces no había las comunicaciones de hoy. Ni siquiera teníamos teléfonos móviles para comunicarnos. Únicamente una emisora que cuando pasabas el alto de Cuatro calzadas, camino de Salamanca, perdía la cobertura. Cuando llegabas al Hospital llamabas a la base para ver el siguiente servicio.
Han pasado muchos años. Más de 9000 días en los que ha habido de todo. Momentos buenos y malos. Donde has tenido que comerte muchas lágrimas precisamente por trabajar donde trabajas. Donde nos hemos reído a carcajadas y enfadado hasta la saciedad.
Muchos de los que estábamos entonces seguimos ahora, otros se fueron incorporando. Algunos que ya no están, que cambiaron de trabajo o que nos dejaron para siempre. Personas que siempre dejaron huella.
Después de estos 25 años, con menos pelo, más canas ocultas y alguna arruga en la frente, pero también en el alma, echo la vista atrás y se me viene a la cabeza aquella frase de que cualquier tiempo pasado fue mejor. No estoy de acuerdo. Hoy estamos mejor. Mejores vehículos, nuevas formas de trabajar, excelentes comunicaciones...
No es añoranza. Sólo que se me hizo corto. Ahora me doy cuenta de que ya no tengo 21, que me he quedado sin pelo y que tengo más experiencia. La que me han proporcionado estos 25 años que han pasado.
Aún así, llamé al Gerente hace unos días para ver si cumplidas las "bodas de plata" caía un reloj o algo parecido.
No diré lo que me contestó pero creo que sonrió pícaramente.
Sigo esperando....

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